Tras la retirada de Rouco Varela, muchos cristianos y muchos ateos, pensamos que algo podría cambiar en la Iglesia Católica de este País. Si a esto añadimos el talante y el camino marcado por el nuevo Papa, la esperanza estaba servida
El nombramiento de José María Gil Tamayo. en sustitución de Rouco Varela, abría unas determinadas expectativas de cambio en la Iglesia española
Ha sido hace unos días cuando ante la inminente retirada de la Ley del Aborto, se ha aclarado el panorama. Una vez más el orgullo intransigente y la máxima de atenazar a sus fieles, en especial a la ha mujer, ha llevado al Secretario General de la Conferencia Episcopal, Gil Tamayo, a "recordar" al Partido Popular, en tono de advertencia, que
"los compromisos
electorales están para cumplirlos"
Una vez más la Iglesia Católica, calla vergonzosamente cuando se "destroza al Pueblo". Cuando se le "roba" Cuando se le "aplasta" Cuando se le "echa de su casa" ¿Cuando se le "condena a la miseria" ... En estos momentos se decanta por el silencio cómplice, no sea que nos quiten nuestros privilegios
¿Donde estaba usted hasta hace tres días? ¿En qué momento de la historia reciente se había perdido?
¿Por qué, señor Tamayo, no recordó al P.P., la obligación de cumplir sus promesas electorales? ¿Por qué no utilizó su influencia para evitar que sistemáticamente fueran violadas todas y cada una las promesas que llevaron al P.P. al poder?
¿Cree usted que su actitud ante los atropellos del P.P., es la que marcaría ese Jesús de Nazaret del que ustedes tanto hablan?
No soy capaz de imaginar que clase de oveja es capaz de seguir a este pastor
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